Tanto si trabajas en casa como si dispones de una oficina, estamos seguros de que más de una vez habrás pensado en hacer tu espacio de trabajo un poco más acogedor. Esta tarea, que tan sencilla puede parecer cuando el espacio del que disponemos es amplio, suele convertirse en una tortura poco apetecible cuando el espacio en el que trabajamos es reducido. Por eso, hoy os damos algunos consejos para que el espacio deje de ser un impedimento.
1. Que entre la luz
Un lugar cerrado y oscuro siempre tenderá a parecer más pequeño de lo que realmente es. Asegurarse una buena iluminación en el espacio de trabajo siempre es garantía de éxito. Si tienes alguna ventana, sitúa el escritorio cerca de ella para recibir la luz solar y el aire de la calle. Si por su disposición, no es posible, coloca algún espejo que refleje la luz de la ventana pero que no incida directamente sobre tus ojos o pantalla cuando estés trabajando. ¿No tienes ventanas? No te preocupes e ilumina la estancia con bombillas de bajo consumo de luz diurna cálida. Lo más parecido a la luz del día será lo ideal.
2. Almacenaje vertical
Las oficinas, por lo general, tienen tendencia a acumular: papeles, carpetas, ficheros, material de papelería, etc. Si en vez de ir dejando cada cosa sobre la mesa o en hileras e hileras de cajones, buscas alguna solución de almacenaje vertical, no solo ganarás espacio sino que lo tendrás todo más a mano.
3. Los colores ayudan
Si a pesar del espacio de almacenaje, el tipo de trabajo que haces te impide tener la mesa de trabajo más o menos despejada, no sufras. Procura hacerte con material de escritorio de tonos neutros, que ayudarán a evitar la sensación de que el espacio está atiborrado de cosas.
4. Conquista una pared
Elige una pared y píntala con tu color preferido, que contraste con las otras tres, para crear una sensación de mayor espacio. Una pared negra, gris oscuro o roja entre paredes blancas, convertirá un espacio reducido en un espacio con fondo perdido y de sensación casi infinita. También puedes optar por colocar un corcho o pizarra magnética que cubra gran parte de la pared para colocar tus cosas y ayudar a generar la misma sensación que con la pintura.
5. Estanterías divisorias
Si a pesar de disponer de un rincón pequeño, no trabajas solo, o tienes la necesidad de dividir el espacio, te recomendamos hacerlo con estanterías de libros abiertas. Esta es una buena idea porque, además de servir como espacio de almacenaje, te ayudarán a dividir los espacios sin cerrarlos, ofreciendo una sensación de mayor amplitud.
6. Adiós tabiques, hola espacio
Ni que decir tiene que, en un espacio reducido, las barreras arquitectónicas están de más. Si a pesar de todos los trucos mencionados anteriormente, sigues teniendo la sensación de estar trabajando en una caja de zapatos por culpa de ese tabique que interrumpe el paso, esa pared que no deja fluir el espacio, o por la falta de ventanas y luz natural, ¡no lo pienses más! Ponte en contacto con nosotros y empecemos a construir el lugar de trabajo de tus sueños.
Buenísimo el post. Saludos.