A principios de mes iniciamos una serie de post sobre trampas y engaños en el mundo de la construcción y las reformas con la intención de concienciar a los clientes de la importancia de informarse bien antes de decantarse por un profesional u otro y solo contratar a profesionales con experiencia comprobada y clientes satisfechos.
Si en el primer post de la serie os mostramos algunos de los problemas leves más frecuentes, y sobre las trampas y engaños más graves, hoy nos centraremos en las medidas que debemos tomar para asegurarnos de no caer en la trampa.
Cómo evitar ser estafado
Cierto es que nadie está a salvo de un engaño o una estafa puntual y que, en un momento determinado, cualquiera puede pillarnos desprevenidos y “levantarnos la falda”. Pero también es cierto que si sabemos de antemano con qué podemos encontrarnos, será más fácil que salten nuestras alarmas internas cuando nos percatamos de algo que nos parece, como mínimo, sospechoso.
Como hombre y mujer precavidos valen por dos, te dejamos una lista de consejos a tener en cuenta para que ningún supuesto profesional pueda contigo:
- La publicidad de la empresa no es garantía de un servicio profesional. Aunque des con la empresa o profesional de reformas en cuestión en medios de publicidad o directorios de prestigios, no debes tomártelo como una garantía, ni mucho menos. Piensa que, para anunciarte, lo único que necesitas es pagar. Y hasta la fecha, ¡ningún estafador profesional anda corto de dinero!
- Activa tu intuición. Lo normal, cuando se contrata una reforma, es que la empresa o el profesional que vas a contratar concierte una cita en la vivienda o local en el que se van a hacer las obras para tomar medidas y hacerse una mejor idea de los trabajos necesarios. Cuando se produzca este primer encuentro, echa mano de tu intuición. Si no te gusta lo que ves, lo que oyes, lo que sientes, no lo dudes y cambia de profesional. Puede que la persona que tengas delante no sea un timador, pero aún así, creemos que sentirse a gusto y en la misma onda de la persona que se va a encargar de algo tan importante para ti, es de suma importancia.
- Visita las oficinas de la empresa. Si el profesional al que vas a contratar o ya has contratado se resiste a que visites las instalaciones de la empresa, empieza a sospechar.
- Vigila de cerca el presupuesto. Una vez esté en tu mano, comprueba que esta detallado y todos los puntos son correctos, que no faltan ni sobran metros cuadrados por presupuestar y que el documento que te entregan es del todo legal.
- Pregunta por los trabajadores. Y no tengas miedo de exigir los certificados TC2 de la Seguridad Social que garantiza que los trabajadores que se van a emplear en la reforma están dados de alta.
- Firma el contrato solo cuando estés seguro. En un contrato de obra legal y formal deberán constar: las fechas de inicio y fin de obra, la fecha de firma del contrato, la penalización o penalizaciones en caso de incumplimiento de plazos y la supeditación de pagos al cumplimiento de los trabajos a realizar.
- Pide las facturas de la compra de materiales para la obra. Estás en tu derecho; al fin y al cabo, la compra de los materiales presupuestados corre de tu bolsillo, así que no está de más asegurarse de que todo está en orden.
- Pide la licencia de obra antes de iniciar cualquier trabajo. Si el individuo te da mil y una razones para retrasar la solicitud de la misma, no te fíes.
Cuándo no contratar una obra
En resumen, no contrates nunca una obra si:
- La empresa o el profesional de turno no dispone de una oficina que puedas visitar.
- El individuo se empeña en quedar en su casa, pero no quiere que tú vayas a su oficina.
- Insiste en no pedir licencia de obra.
- Exige el pago de todos los materiales antes de iniciar la obra.
- No le proporciona los TC2 de los trabajadores.
- Insiste en que la versión del contrato sea la suya y no le da tiempo a revisarlo y pensarlo.
- Si el contrato lo trae ya firmado, y no lo firma en tu presencia.